Fuente: Diario de Navarra.
Arquitectos, filósofos, economistas, políticos e intelectuales se han reunido en Pamplona, entre el 9 y 11 de junio, en el primer Congreso Internacional "Arquitectura: más por menos". En total, unas 400 personas, muchas de ellas procedentes de países como Colombia, Alemania, Estados Unidos, Eslovenia o Reino Unido. Profesionales de diferentes ámbitos que han debatido estos días sobre las claves para lograr una arquitectura capaz de enfrentarse a los periodos de crisis y de optimizar los recursos para lograr más calidad con menos coste.
El primer Congreso Internacional celebrado en el Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte ha sido organizado por la Fundación Arquitectura y Sociedad, y quiere situarse en la vanguardia del análisis arquitectónico para aportar soluciones innovadoras en cuestiones como materiales, eficacia y sostenibilidad.
En su intervención en el acto inaugural, Don Felipe señaló que uno de los "propósitos principales de esta reunión es ofrecer a la sociedad una arquitectura eficiente e inteligente, de modo que el entorno cotidiano se humanice gracias a los valores que el arquitecto es capaz de plasmar, crear y articular en el espacio urbano o rural sobre el que trabaja".
También tomó la palabra la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, quien dijo que "nuestra arquitectura es una brillante estrella en el contexto mundial" y los arquitectos españoles son una "referencia indiscutible". El gran protagonismo en el congreso lo tomaron en días posteriores los más
prestigiosos arquitectos del panorama actual. Tres premios Pritzker de arquitectura ( equivalente al Nobel) ofrecieron su particular visión sobre arquitectura.
El italiano Renzo Piano (Pritzker 1998) fue el encargado de ofrecer la primera charla del congreso destacando la variedad de facetas que existen en su profesión. "Cuando voy al estudio soy un constructor a las nueve, a las diez un sociólogo y antropólogo, a las once un poeta, a las doce me
convierto en albañil... no es fácil definir la arquitectura, es una mezcla de todo a la vez. Por eso es una profesión tan complicada: diría que es el arte de dar una respuesta a una necesidad, el arte de construir cobijos sólidos para los humanos y de dar respuesta a sus sueños".
Otro de los ponentes, el chileno Alejandro Aravena, jurado del máximo galardón internacional en el mundo de la arquitectura, el Premio Pritzker, se mostró escéptico ante la repercusión de la crisis en su trabajo, de forma que "en Chile nunca se puede hacer algo que no sea estrictamente necesario". "Si por crisis se entiende posponer todo aquello que no es estrictamente necesario, ese es el contexto en el que a mí me toca trabajar siempre. Por tanto en estricto rigor, no hay crisis sino normalidad", dijo Aravena.
El suizo Jacques Herzog (Pritzker 2001) subrayó que "una de las cosas que puede hacer la arquitectura es "ser" arquitectura", convertirse en "un medio suficientemente fuerte" para perdurar en el tiempo y "tener capacidad de inspirar a las personas, de atraerlas o rechazarlas; esto es lo que hace que la arquitectura sea aún necesaria hoy en día". Comentó también que lo más importante en el mundo es "la belleza", entendida "no como algo ornamental o decorativo", sino como "la base de todas las emociones intensas humanas".
Por su parte, Glenn Murcutt (Pritzker 2002) defendió un concepto "ecológico" de la arquitectura y criticó que se construyan edificios iguales en Tokio, Nueva York o Sydney, pero "con más o menos aire acondicionado". La ecología, añadió Murcutt, tiene "un papel muy importante a desempeñar" en la arquitectura, en función de la ubicación concreta del edificio.
El impulsor del congreso, el arquitecto navarro Pachi Mangado concluyó que la arquitectura tiene sentido cuando da más que lo que la sociedad reclama. "Lo que hemos hecho es reafirmar el papel de la arquitectura como una disciplina capaz de asombrar, de servir. La sociedad ha reclamado durante estos años un simple hecho productivo o un simple hecho espectacular. Pero la arquitectura bien hecha es capaz de dar respuesta a necesidades profundas, habitacionales, de calidad de vida... También significa un compromiso con la belleza, que tiene una dimensión ética que se relaciona con el lema "más con menos", con cómo hacer mejor arquitectura con menos recursos. "